Soy zurdo, me rindo

Hay situaciones que a lo largo de la vida asumes como normales, habituales y les dejas de dar importancia. Una de ellas y que siempre me ha dado bastante igual es el que se asuman que soy torpe con las manos, o al menos, en cuestiones de habilidades artísticas manuales no destaco precisamente para bien y, en gran medida, es por «culpa» de haber nacido zurdo.

No me molesta el que las personas bromeen sobre mi torpeza y me lo tomo a risa, al fin y al cabo, en todo no se puede ser bueno, y es un puesto que estoy dispuesto a ceder a otras personas sin mayor inconveniente.

Eso sí, el otro día pelando un kiwi, mi subconsciente me repetía una y otra vez: ¡qué fácil sería si el filo estuviera al revés y no tendrías que estar aquí sufriendo con una posición de manos que no es la natural para ti!

Recuerdos del Vietnam Izquierdo

Tantos años condicionado a que las cosas son como son, que, de repente, se me iluminó la bombilla y recordé que no tenía por qué seguir sufriendo por mi condición de zurdo en ciertas tareas. Parece mentira que siendo el 10% de la población mundial zurda (y aumentando), hoy en día aún no sea tan común encontrar productos pensados para zurdos.

Tengo un recuerdo grabado a fuego en mi memoria, cuando hará unos 30 años, estando en el parvulario, todos los niños tenían sus tijeras bonitas y relucientes, y a mí, por ser zurdo, me daban unas tijeras feas de narices y que, además, no cortaban; era imposible hacer nada decente con ellas.

Desconozco si sería porque estaban muy usadas o la compañía fabricante aún no tenía un correcto diseño, pero aquello era insufrible, por lo que, en un momento revolucionario y reivindicativo a mi pronta existencia, decidí dejar de lado las tijeras con punta redonda y nulo filo, para agenciarme unas tijeras igualitas al resto de mis compañeros. Me costaría cierta práctica, pero al menos, las de diestros sí que cortaban.

En ese momento, lo vi como una victoria sobre la “discriminación” que sufría por mi condición de zurdo, pero… ahora que lo pienso, más que comenzar la revolución, acepté que las cosas para zurdos eran malas, y es que, al menos en aquellos años, las tijeras para zurdos parecían serlo.

Segunda oportunidad

Por ello, con el pasar de los años, he decidido reencontrarme con las tijeras para zurdos y darles otra oportunidad, esperando encontrar unas decentes y no las típicas con asas redondas que simbolizan la marca de la vergüenza en los menores de 5 años, al menos tal y como yo lo recuerdo; era otra época y tiempos duros para la “crueldad infantil”.

He realizado una búsqueda rápida por Amazon y el primer resultado volvieron a ser las infames tijeras infantiles como las de este enlace:

Si bien y, afortunadamente, para los adultos traumados como yo, han lanzado tijeras con el diseño estándar, solo que, como es lógico, con el filo a la inversa:

También he querido buscar cuchillos ya para aprovechar el pedido, pero no me ha resultado una búsqueda tan satisfactoria, no existiendo cuchillos como tales para zurdos, y, hacedme caso, no todos los cuchillos son sencillos para mí, palabra de zurdo. Es por ello que recomiendan comprar cuchillos con doble filo, así, al menos, tenemos un filo para nosotros, los “raritos”.

Para terminar, me gustaría recomendar una web y que, y, para los que seáis de Pamplona, podréis visitar de forma presencial:

https://www.tiendarincondelzurdo.com/

Explican situación típicas que ocurren a los zurdos y posibles soluciones, así como vender productos específicamente para zurdos. No la había conocido hasta ahora, momento en el que, con esta entrada, reivindicó el zurdismo.

Y para despedirme, nada mejor que una imagen del zurdo más famoso de la televisión:

Nunca te rindas, Flanders no lo hace.

 

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